un año
Publicado: julio 28, 2009 Archivado en: Uncategorized 2 comentarios“as flores têm cheiro de morte.”
titãs
hace un año, más o menos,
que me moriste. un año
entre palabras
malgastadas de ensueño
y crisantemos
afilados
como puñales en el pecho.
no recuerdo mi muerte;
no me has permitido siquiera
la serenidad del recuerdo lejano.
si tanto, la intuyo
como intuye la bala que rápida
atraviesa la espalda el soldado,
como intuyo tu presencia opresiva
en ese paréntesis
que me envuelve.
hace un año, más o menos,
era yo más colores.
y tú, más húmedo que la tinta
que redondea
los cálices de esas horas.
hace un año,
la lluvia que ahora me traga
la tierra
sabía a semilla disipada alegre por el viento
y la caída del sol
no despertaba los cuervos que duermen
en los intersticios
de esa cama mal hecha.
anda, celébralo.
te ofrezco mi cadáver frío
y los crisantiempos
que hace mucho se pudrieron
con los vestigios de mi imagen.
Alice Mar
soy
Publicado: julio 28, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioSoy el que sabe que no es menos vano
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto,
del tiempo, que es uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.
Jorge Luis Borges
suspiros tristes, lágrimas cansadas
Publicado: julio 26, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioSuspiros tristes, lágrimas cansadas,
Que lanza el corazón, los ojos llueven
Los troncos bañan y las ramas mueven
De estas plantas, a Alcides consagradas;
Mas del viento las fuerzas conjuradas
Los suspiros desatan y remueven,
Y los troncos las lágrimas se beben,
Mal ellos y peor ellas derramadas.
Hasta en mi tierno rostro aquel tributo
Que dan mis ojos, invisible mano
De sombra o de aire me le deja enjuto,
Porque aquel ángel fieramente humano
No crea mi dolor, y así es mi fruto
Llorar sin premio y suspirar en vano.
D. Luis de Góngora
perdón
Publicado: julio 24, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentariohoy me he sentado a caminar
recorriendo tus destrozos
con la punta de los dedos
mientras la pared, atroz
me acusaba
tu ausencia.
hoy eras más nube
y yo más oscura que tus ojos,
más oscura
que los pájaros que cuelgan
de la espalda
que me miras.
hoy era la vergüenza
y la insuficiencia de la palabra
perdón.
a lo lejos,
aniñada en mi cuello,
perdón.
Alice Mar
como espuma en la arena
Publicado: julio 21, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioy de pronto, todo seco. frío y seco. como si todo el calor de mi cuerpo hubiera sido tragado
por la arena donde desaguas. como si todas tus olas se hubiesen recluido, formando un
torbellino donde aún trenzan sus sendas los últimos peces plateados. y ya no soy isla, no
soy nada. nada sino un reflejo borroso que apenas se entrevé en las escamas resecadas
que quedan en la arena. nada sino un cuerpo de todo desierto tendido en la playa.
no es que yo desaparezca, no. es lo otro que se me va. lo otro, lo húmedo. el calor que
ahora mismo me cerraba los párpados desabrochándome la boca en flores blancas.
el calor que ahora mismo me soplaba primaveras en el cuello. es lo otro, el que se me va.
como las mareas.
a veces queda un poco de espuma en la arena. y me la trago. pero la espuma está siempre
a punto de desaparecer. y entonces es sólo un frío seco traspasándome el oído,
rascándome la piel. escamas partiéndome los labios rajados como cristales de arena. la
arena, esa. arena fría y seca que se me queda entre tus escombros.
Alice Mar
donde comienzas tú
Publicado: julio 21, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioSoy ola de abandono,
derribada, tendida,
sobre un inmenso azul de sueños y de alas.
Tú danzas por el agua redonda de mis ojos
con la canción más fresca colgando de tus labios.
¡No la sueltes, que el viento todavía azota fuerte
por mis brazos mojados,
y no quiero perderte ni en la sílaba!
Yo fui un día la gaviota más ave de tu vida.
Mis pasos fueron siempre enigma de los pájaros.
Yo fui un día la más honda de tus edades íntimas.
El universo entero cruzaba por mis manos.
¡Oh, día de sueños y ola;
Nuestras dos juventudes hacia el viento estallaron.
Y pasó la mañana,
y pasó la agonía de la tarde muriéndose en el fondo de un lirio
y pasó el alba noche resbalando en los astros,
exhibiéndose en pétalos
y pasó mi letargo…
Recuerdo que el mirarme con la voz derrotada,
las dos manos del cielo me cerraron los párpados.
Fue tan sólo una ráfaga,
una ráfaga húmeda que cortó mi sonrisa
y me izó en los crepúsculos entre caras de espanto.
Tú nadabas en mis olas retardadas e inútiles,
y por poco me parto de dolor esperando.
Pero llegaste, fértil,
más intacto y más blanco.
Y me llevaste, épico,
venciéndote en ti mismo los caminos cerrados.
Hoy anda mi caricia
derribada, tendida,
sobre un inmenso azul de sueños con mañana.
Soy ola de abandono,
y tus playas ya saltan certeras, por mis lágrimas.
¡Amante, la ternura desgaja mis sentidos…
Yo misma soy un sueño remando por tus aguas!
Julia de Burgos
la última inocencia
Publicado: julio 20, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioPartir
en cuerpo y alma
partir.
Patir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.
He de partir
Pero ¡arremete, viajera!
Alejandra Pizarnik
acabar con todo
Publicado: julio 19, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioDame, llama invisible, espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.
Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.
Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.
Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.
Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espuma pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti misma, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.
Octavio Paz