Alice Mar (1981) nació en una islita perdida en el Caribe cuyo nombre casi se le escapa. Migró a nado rumbo a Estados Unidos para hacer sus estudios doctorales, donde se quedó atrapada por absoluta pereza inmigratoria. Como tanto otros, Alice Mar es hoy doctora en literatura latinoamericana y mercenaria de la cultura. Jamás ha publicado un libro siquiera (le mortifica releer lo que ha escrito) y aprecia profundamente el plagio como categoría de la creación. Cree que no tiene influencias porque es incapaz de recordar el nombre de los escritores a quienes cita. Lleva años tratando de escribir una novelita paródico-policiaca que nunca empieza, con la esperanza de no pasar a los anales de historia literaria como poeta depresiva y pendeja (lo cual como quiera nunca pasará). Mientras tanto, perdura en la poesía y las aventuras culinarias (más las últimas que las primeras). Cuando se jubile (si le conceden tal gracia), espera poder comprarse una casita en la playa y sembrar un huerto de hierbas. El gato, pues, duerme. En su lápida se leerá: “fue poeta – nadó, nadó – y se murió en la playa”.