nos otros
Publicado: agosto 31, 2009 Archivado en: Uncategorized 2 comentariosun vaso lleno de nos
tragado a sorbos largos
entre nubes de piedras
que avalanchan sobre mi cabeza
y unas ganas terribles
de que fuéramos nosotros dos.
un vaso lleno de nos.
tragado entre nudos
que a cuestas se cuelan en mi cuello,
colmándome de y sis
que no me dejan
decir que no. que no.
un vaso lleno de nos,
y unas ganas terribles
de que fuéramos nos
otros
dos.
Alice Mar
o que há em mim é sobretudo cansaço
Publicado: agosto 30, 2009 Archivado en: Uncategorized 2 comentariosO que há em mim é sobretudo cansaço.
Não disto nem daquilo,
Nem sequer de tudo ou nada:
Cansaço assim mesmo, ele mesmo,
Cansaço.
A subtileza das sensações inúteis,
As paixões violentas por coisa nenhuma,
Os amores intensos por o suposto alguém.
Essas coisas todas –
Essas e o que faz falta nelas eternamente -;
Tudo isso faz um cansaço,
Este cansaço,
Cansaço.
Há sem dúvida quem ame o infinito,
Há sem dúvida quem deseje o impossível,
Há sem dúvida quem não queira nada –
Três tipos de idealistas, e eu nenhum deles:
Porque eu amo infinitamente o finito,
Porque eu desejo impossivelmente o possível,
Porque eu quero tudo, ou um pouco mais, se puder ser,
Ou até se não puder ser…
E o resultado?
Para eles a vida vivida ou sonhada,
Para eles o sonho sonhado ou vivido,
Para eles a média entre tudo e nada, isto é, isto…
Para mim só um grande, um profundo,
E, ah com que felicidade infecundo, cansaço,
Um supremíssimo cansaço.
Íssimo, íssimo. Íssimo,
Cansaço…
Álvaro de Campos
deseo
Publicado: agosto 28, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioSólo tu corazón caliente,
Y nada más.
Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.
Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.
Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.
Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.
Y tu corazón caliente,
Nada más.
Federico García Lorca
por la ventana
Publicado: agosto 21, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioHoy se me dió por confundir las ventanas
con las puertas
y los vestigios de tu fantasma
con tu espalda.
Hoy penetró el sol lento
por el cristal
y creí que eras tú
que lo cruzabas.
Y hasta escuché tus pasos rápidos
por el pasillo,
y hasta creí que era de tu carne
el calor
que me azotaba la piel.
Hoy me puse a mirar hacia afuera
como quien espera
una llegada.
Tiré los cigarrillos al zafacón,
las botellas que yacían vacías
sobre la mesa.
Hoy prendí la música, bien alta,
y cambié las sábanas
de mi cama.
Hoy era sábado
y teníamos todo el día
para jugar
que nada nunca entre nosotros.
Que todo quedo,
que todo sigue
igual.
Pero no tocaste la puerta
como antes
no anunciaste tu partida.
Y eras solo
la sombra de un árbol
desolado
sacudiendo sus ramas
del otro lado
de la ventana.
Alice Mar
yo fui la más callada
Publicado: agosto 20, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioYo fui la más callada
de todas las que hicieron el viaje hasta tu puerto.
No me anunciaron lúbricas ceremonias sociales,
ni las sordas campanas de ancestrales reflejos;
mi ruta era la música salvaje de los pájaros
que soltaba a los aires mi bondad en revuelo.
No me cargaron buques pesados de opulencia,
ni alfombras orientales apoyaron mi cuerpo;
encima de los buques mi rostro aparecía
silbando en la redonda sencillez de los vientos.
No pesé la armonía de ambiciones triviales
que prometía tu mano colmada de destellos:
sólo pesé en el suelo de mi espíritu ágil
el trágico abandono que ocultaba tu gesto.
Tu dualidad perenne la marcó mi sed ávida.
Tú parecías al mar, resonante y discreto.
Sobre ti fui pasando mis horarios perdidos.
Sobre mí tú seguiste como el sol en los pétalos.
Y caminé en la brisa de tu dolor caído
con la tristeza ingenua de saberme en lo cierto:
tu vida era un profundo batir de inquietas fuentes
en inmenso río blanco corriendo hacia el desierto.
Julia de Burgos
dos cuerpos
Publicado: agosto 18, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioDos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.
Octavio Paz
nocturno (procrastinaciones arduas en una noche de insomnio)
Publicado: agosto 10, 2009 Archivado en: Uncategorized 5 comentarioshoy puse tus prendas de castigo
y escondí tus fotos
debajo de la cama.
hoy me decidí a esperarlo
sola
como si tu ausencia no irradiase su sombra
sobre cada rincón
donde tú y yo.
hoy me decidí a hacerme suya
y deshacerme
de tus vestigios,
vermes
que me carcomen la carne
ahumándome los sentidos
y abultándome los ojos
ofuscados
de hormigas.
hoy lo recibí como quien recibe la lluvia
tras el estío.
pero hay algo en él
que no eres tú.
y que tampoco soy yo.
y es todo tan extraño
que de pronto me cierro y me seco
y me tengo asco.
y cada vez que me acuesto en esa cama
que nunca fue tuya,
pero que se me quedó atorada de tu piel,
me dan ganas de pedirle para apagar la luz,
y cerrar los párpados y fingir que no estoy.
que no estás.
que no está.
que estás.
y cada vez que me ciñe te mueres un poco,
culebra en mi cuello,
donde solías olerme
buscando algo
que se nos escapó.
y me dueles
cada vez que te miro
en sus ojos.
negros como los tuyos.
eres
la resaca de una noche que se prolonga
hasta caer
sobre otra noche
como un sonido en el vacío.
y no importa si me desvelo o duermo
porque aquí
es siempre noche
y tú, allá,
siempre efímero como espuma.
y apenas te miro te me esfumas,
y apenas te toco
se te me tragan las olas.
cierro los ojos.
y los abro
en el esfuerzo inútil de desaparecerte
ante la luz.
y entonces es su mano, larga como la tuya,
ajena, como la tuya
cuando me toca.
y se siente como si no fuese
mi piel,
y todo se convierte en piedra:
él
tú, yo
ma perle
sa perle.
piedra
sobre
piedra.
y las tiro por la ventana
tratando de volarte,
pero entonces es su barbilla
rascándome la piel
y el recuerdo agrio de tu boca
pegada a la mía.
y todo se desvanece,
todo él
se hace humo,
se me espesan los espinos
que despuntan
de mi espalda desnuda
y se hace noche otra vez.
“todo lo sólido se desvanece
en el aire.”
corro hasta el espejo
en cuyo reverso recuestas
de espalda a mi mirada.
y ya no veo mi rostro,
no veo nada
sino el bulto
que me envuelve por detrás.
y me dan ganas de botarlo de mi casa,
y atravesar ese muro que me aísla
agarrada de mis fantasmas
bajo la dictadura
de tu silencio.
y entonces te odio.
te recubro de culpas, te grito.
como si habitaras
el agujero
que dejaste en mi colchón
y que ahora se recubre de hongos.
te grito, te insulto,
pero lo único que escucho es el eco
de mi propia voz
anunciando silencios de luna
y rebeliones sin muertos.
soy
la prueba de tu existencia precaria
pegada como tatuaje
sobre mi piel.
pegada
a mi piel.
apegada
a mi piel.
despegada
de mi piel.
perdida
entre y sis que no
se resuelven a preguntar
y peros
que siempre se paran
en tu cabeza.
Alice Mar
pero ahora, mujer
Publicado: agosto 9, 2009 Archivado en: Uncategorized Deja un comentarioComo una ola herida, viene a morir mi amor
en tu playa. ¿No sientes su aullido de dolor?
¿no oyes, en la alta noche, el hondo forcejo
de esta ola que se aúpa crispada de deseo
ante la irreductible y dura fortaleza
que guarda avaramente tu lánguida belleza?
¿No oyes en el silencio de la noche profunda
el hambriento crecer de mi pleamar fecunda?
¡Oh mujer! Toda cosa que para ti se ordena,
tu voluntad dispone, pero de mí está llena.
En todo lo que anheles y en todo lo que añores
allí estoy crepitando, rompiéndome de amores:
en la nube, en la estrella, en el agua tranquila,
hasta en el pensamiento que nubla tu pupila.
Tal vez, tras el ensueño del amor conquistado,
todo se hará ceniza, polvo decepcionado,
como que me han mentido, como que me han robado,
como que en la comedia que se ha representado
cúpome el papel triste del burlador burlado…
Pero ahora, mujer, de ti estoy embriagado
y mi pasión te labra su encendido poema,
pues en tu gracia efímera me siento eternizado
y en tu minuto vivo mi realidad suprema.
Luis Palés Matos